Laana y Cheerok (capítulo II).

Posted by Dabo on enero 18, 2005
Cibercultura

Un relato de Furlock, sueño o realidad…



Relatos: Laana y Cheerok (capítulo II), por Furlock

*LyC-Tiempo
pasado 1*

(voz
de Cheerok)

Allí, en su despacho o laboratorio, vivienda y estudio, me enseñó
su invento. Un lector emotivo, como lo llamaba ella. Decía, que
con ella funcionaba, pero que con otras personas todavía no.

Me senté delante de esa máquina,
cogí el escáner emotivo y de repente empecé a llorar
desconsoladamente, mientras movía el pequeño multisensor
sobre la mesa. No pude reprimirlo, salió de mí como sí
durante millones de años hubiera esperado a este momento. Vi mis
emociones y supe porque las palabras son simples palabras y porque hay
mucho mas que imágenes. Las emociones son así. Son mundos
y expresiones en nosotros, inmensos mundos sin fin.

A Laana le pilló de sorpresa
y después de unos días de reposo que llenamos con las mil
y una conjeturas sobre la casualidad, comenzamos a trabajar juntos en
su invento.


(voz de Laana)

No había conocido nunca a nadie como Cheerok. Es brillante en cualquier
tema. La definición exacta sería que sabe -sin saber como-
cuando lo que sabe es útil y cuando debería aplicarse o
decirse.

Es extraordinariamente sensible para
con la naturaleza, los animales, las personas, las máquinas…
habla con todo, como si todo estuviera vivo y adaptado a comunicarse con
el. Esta constantemente conectado con tantos seres y cosas, que parece
que no sigue un hilo recto en su pensamiento, o que sería imposible
seguirlo. Pero las apariencias engañan.

Al principio me desconcertó,
como a todo el mundo. Parece que no te ve, ni te escucha, pero que al
mismo tiempo parece el único y primero en tu existencia que realmente
te escucha o ve. Y te ve tan bien, que una se asusta un poco, eso al menos
al principio de conocerle. Aunque conocerle no es un verbo aplicable a
un encuentro con el. El ya te conoce. Lo raro es, que no te conoce conscientemente.
Es como si su campo de visión fuese tan grande, que ya ha conocido
a todos y que se trata de un reencuentro, del cual el se acuerda a una
velocidad impresionante. Saca información de un plano, dónde
el tiempo no existe.

Cuando se sentó en el banco
de pruebas, cogió el escáner emotivo como si lo hubiera
construido él mismo. Lo movió en la dirección exacta,
a la velocidad exacta y se fijaba en el único monitor apagado.
Y allí aparecían las imágenes al poco tiempo. Y al
verle llorar sin emitir ningún sonido, supe que se había
conectado sin ningún tipo de entrenamiento previo.

Cientos de personas habían
jugado con este equipo, miles de horas de explicaciones y pruebas. Nadie
había sacado nada en claro de ello, salvo yo, que cosechaba miradas
severas, extrañadas o burla de mis ‘pilotos’ de prueba.
Para ellos, mientras mirábamos los dibujos que el ordenador creaba
a partir de la lectura del escáner, solo eran eso: Dibujos. Eso
sí, algunos muy bonitos. Nadie reaccionaba a sus emociones como
yo a los míos. Cabía la posibilidad de que me había
vuelto loca. Solo yo…yo era la única que se sentía
inundada de un mar de felicidad al ver los dibujos-emociones. Hasta que
vino Cheerok y le paso lo mismo.


*LyC*

– Es que yo me soñé
con esta situación hace años -.

Sus palabras eran como una ducha
fría. Otro loco, pensé. Al igual que yo. Nos lo imaginamos,
nos predisponemos tanto para ello…, aunque estaba claro que el veía
y sentía algo parecido a mí percepción y sentimiento,
al menos eso quedaba claro, bastaba verle la cara descompuesta del llanto.

‘Quizás solo esté enamorado
de mí, todo son casualidades’, cruzó mi mente. Mi felicidad
inicial se tornó gris. Lo que había parecido durante un
momento el paraíso, un avance importante, se presentaba ahora ante
mis deducciones como un paso hacía el definitivo final de mi trabajo
– un final de fracaso.

Pero allí delante estaba este
hombre, que ahora parecía estar profundamente dolido al ver como
me desmoronaba. Que extraño ser, pensé. Como puede percibir
lo que me ocurre ?

Su mirada se tornó dura. Así.
Sin más. En un instante. De la felicidad más absoluta, la
cara descompuesta del llanto, facciones de bebé a una mirada de
hielo. Pero sin buscarme a mí como objetivo. Miraba más
allá de mí.

– Tu no estas loca, y yo tampoco.
Esta máquina funciona y la conozco incluso antes de que tu la construiste.
Si no quieres dar crédito a tu vida, me da igual. Pero yo casi
me muero, tanto me ha costado aceptarme a mí, a mis percepciones
y sueños. Así que quisiera ver, si el sueño es completo,
o si ha sido parcialmente cierto. Nada más, nada menos. Este es
tu experimento, pero también es un experimento mío, que
esta a medio confirmar. No existen las casualidades, al menos no en el
sentido que les da la mayoría de las personas. Ven! Qué
mas te da una prueba más, después de todo? –

– Me asustas. Hace un instante mirabas
como si fueras un bebé, y ahora te pareces mas a la victima convertida
en cazador. Quién eres? Cómo puedes soñarte con mi
máquina, sin conocerme, sin haber oído jamás de que
existo? Cómo puedes pretender que me crea lo que dices? Esto es
una broma, verdad? Alguien te ha explicado como soy, lo que hago y ahora
me intentas tomar el pelo! Fuera de aquí, lárgate!

Cheerok se levantó. Con dos
pasos estaba a mi lado. Me abrazó por la cintura y me miró
a los ojos sin decir nada. Pero en sus ojos vi mis emociones. Lejos, muy
lejos… los vi.

Allí estaban. Se me puso la
piel de gallina pero no pude salirme de lo que observé en sus ojos.
Nos sentamos, mirándonos todavía en el banco de pruebas.
Cogí el escáner y lo moví. Claro que el podía
ver mis emociones. Claro que sí. Y al igual que yo podía
verlas a través de la máquina, podía verlas en sus
ojos. Me invadió una extraña sensación, esas de pisar
terreno completamente desconocido. Cheerok me sacó de mi asombro.

– Se llama miedo a meter la última
bola. Me lo enseño mi mejor amigo, Luisinho. Cuando juegas al billar
americano, se trata de meter el 8. La partida es importante, pero solo
ganas si metes el 8 cuando toca. Luisinho sabía desde el primer
segundo con quien jugaba. Por muy bien que metías las demás
bolas, por muy bien que movías el taco, por muy bien que aplicabas
estrategias. El lo olía. Y si tenías miedo a meter el ocho,
el ganaba. Siempre. El miedo a ganar. Creer que no te mereces tu suerte.
El eterno conflicto entre cerebro y conciencia. –

Luego giró la cabeza y conoció
mis emociones a través de la máquina. Y volvió a
llorar. Me daba miedo mirar ahora, pero finalmente lo hice. Y entonces
entendí porqué tenía miedo a merecerme la felicidad.
Porque la felicidad vivida con fuerza es aquella que se basa en mostrar
nuestras emociones a la vista de los demás.

Cheerok no solo era capaz de vislumbrarme
emotivamente – el las veía constantemente, tanto con como sin lector
emotivo. Tenía ese don, simplemente lo tenía.


*LyC*

Las semanas y meses sucesivos las
dedicamos a intentar leernos mutuamente las emociones, normalmente a través
de la máquina. El podía ver las mías, pero por mucho
que me esforzaba, no podía ver las suyas con igual nitidez. Después
de varios días de esfuerzos, dí por válido, que Cheerok
tenía esa capacidad desarrollada por un guiño de la naturaleza.

De nuevo sentí, que de alguna
forma estaba lejos de hacer funcionar el equipo, salvo que con nosotros
dos. Pero la capacidad de trabajo y pensamiento de Cheerok me ayudó
a comprender, que seguramente faltaba poco para que el lector emotivo
pudiese funcionar con muchas mas personas.

Entendí, que las emociones se podían leer por cualquier
persona salvo raras excepciones, pero que por razones que desconocíamos,
estas personas tenían reservas, impedimentos físicos y/o
miedos suficientes como para bloquear la prueba. No estaban abiertos al
intercambio y rechazaban, la mayoría sin saberlo, la posibilidad
de ser ‘leídos’. El miedo los dominaba, un miedo ancestral.
Poco importaba decirles, que de todas formas solo serían ellos
mismos los que iban a conocerse. No se fiaban.

Así, el miedo era un bloqueador
nato, la mejor defensa del ser humano frente a otro ser humano. Si no
sientes miedo, te muestras abiertamente. Si desconfías, ya has
levantado muros que en comparación hacían parecer al Monte
Everest a un montículo situado en la campiña inglesa.

Esta simple conclusión, cambió
el mapa de mi mundo conocido. Ya no había un lenguaje directo y
franco de información en ninguna parte, sino un cúmulo de
expresiones superficiales, basadas en lograr el máximo, enseñando
lo mínimo. Pocas personas en este mundo mostraban sus emociones
profundas y menos en público. Lo triste del asunto era, que se
auto-limitaban. En todos los ámbitos… y sentidos.

Un pensamiento emotivamente libre
frente a un pensamiento condicionado era como ver el sol frente a una
linterna.

Un pensamiento emotivo libre de miedo
podía ser visto y vivido en una prueba, pero las personas de las
pruebas no fueron capaces de evitar sentir miedo.

Eso me hizo pensar, que el miedo
no era una emoción, sino seguramente una acción instintiva,
que impedía el crecimiento emotivo como lenguaje comunicativo.

Era comprensible, que las personas
huían despavoridas de mostrar sus emociones. Sentarse en el banco
de pruebas de mi estudio era como desnudarse en medio de la plaza más
concurrida, llena de amigos y familiares, jefes y conocidos.

O lo que es peor: Lleno de ilusiones
que preferirían tapadas. Lleno de lo que crees que jamás
debería saberse como eres en realidad. Daba risa – el miedo parecía
tener una imaginación increíble, porque las personas se
sentían así, incluso cuando no habían recibido información
alguna sobre el contenido de la prueba. Lo sabían, o al menos el
miedo era más rápido que el ojo.


*LyC-Tiempo actual 1*

(Cheerok en cautiverio)

No soporto esta calma. Llevo mas
de 195 días completamente aislado del contacto físico con
otras personas – desde la noche en la que nos cogieron en la emisora
y no sé si hay alguien mas en este sitio. Intuyo estar debajo tierra,
por la total ausencia de sonidos naturales de la superficie, mientras
que con el tiempo he podido sentir los ruidos que hace la tierra como
en las minas. Un rugido lejano. La lava, la sangre del planeta fluyendo.

La comida llega por un túnel,
sobre una cinta y para exactamente dónde toca. Si abro el panel
un poco antes de su llegada, puedo ver como avanza hacía mi. Al
principio me dedicaba a averiguar si había alguna salida física
posible, pero esta claro que no.

La celda es extraña. Muy espaciosa,
tiene muebles cómodos, estantes con libros, ordenador (sin conexión
al exterior, que idiota fui al pensarlo) e incluso una televisión,
ésta sí esta conectada a todas las emisoras, que como ahora
ya sabemos unos pocos, solo es una.

El mundo exterior sigue igual, como
si nada. Los pocos grupos de apoyo fueron silenciados o quedaron en ridículo.
Al principio me dio rabia ver como los presentadores dejaron nuestra toma
de control como una farsa, comparándola con la obra de Orson Welles.

La Guerra De Los Mundos…. que ironía.

Aunque ya sé que fallamos,
lo que no capto es como se hubiera podido evitar fallar. No me perdono.
En mis manos estaba. Fallé.

—— xxx ———

El hombre que entra por la puerta
blindada no tiene aspecto de anciano, aunque todo en el apunta a la etapa
de la ancianidad en un humano. Se queda quieto, con la mirada fijada en
el suelo, sorprendiendo a Cheerok, que no sabe muy bien si le ha visto
entrar o si ya llevaba allí como una estatua de sal…. desde hace
horas, quizá semanas.

—— xxx ———-

– Me llamo Chan, me llaman Chan,
usted me llamará Chan. Y no hay más, nada más que
esa mi pequeña e única identidad, Sr. Cheerok. –

——- xxx ———–

– Se pregunta usted en que falló.
Hoy es el día de empezar con esa pregunta. Le parece? –

——– xxx —————-

Cheerok asienta. Con el pensamiento,
con la emoción. Chan no ha hablado, pero Cheerok lo escuchó.
Chan es un Emo nato. Completo. Aún sigue mirando un punto fijo
en el suelo…

——– xxx ———–

– La elección del enemigo,
estimado Sr. Cheerok, es el quid de la cuestión. Solo hay que aceptar
a enemigos de los cuales se aprende. –

——– xxx ———–

– Se reconocen por una virtud básica,
que es la flexibilidad y el honor. Se adaptarán a los ataques para
aprender de usted, en vez de defender sus posiciones. Adelantan solo si
con ello le desnudan aún mas. –

——– xxx ————

– Esa desnudez suya será el
resultado de haberle descubierto con superioridad en forma de implacable
interés. Será un alivio para ambos contrarios. Ambos aprenden,
ambos se benefician de la contienda. Ese es el enemigo que tiene que elegir
siempre. –

——— xxx —————-

– Aquellos que alimentan los fuegos,
aquellos que siguen buscando sobre el terreno expuesto, no son enemigos.
Se están consumiendo en su propia lucha, intentando involucrarle
para desviar la propia atención sobre la propia necesidad. –

———- xxx —————-

– Sea amigo de esos últimos.
No le importe el aspecto de los actos que cometan. –

———– xxx ———–

– Sea enemigo de los primeros. Haga
que le importe todo golpe, intente esquivarlos todos o de sufrir el máximo
daño posible – le hará crecer y le convertirá
sin dañarle realmente. –

———— xxx ————-

Cheerok ha participado en las mil
luchas de Chan durante este tiempo. Transmisión completa de experiencia.
– Elegir la lucha no por la afronta, sino por la calidad del obstáculo
– siente Cheerok y percibe como Chan añade – y así
convertir el obstáculo en parte del paraiso – .

————————————

(Chan se ha ido. No sé si lo hizo antes de entrar aquí o
si aún sigue yéndose. Es un Emo como nunca percibí
a ninguno.

Que ciego estuve! Que joven e inexperto.

Laana…. mi amada Laana….. anoche
soñé contigo. Ahora las puertas se han abierto realmente.
Da igual haber fallado. Da igual fallar, cuando haya alguien en este mundo
que conserva la calma para cada uno y todos nosotros.)

Laana, cuanto sabes sin saberlo!

Furlock


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