Muchas gracias por vuestros comentarios. A mi, ese reflejo tan marcado en pleno rostro, que apenas deja a la vista los ojos, es el que me sugirió la idea del urbanita que nos observa, algo parecido pasa con los detalles de la puerta, son los que sitúan al urbanita en su sitio, en el escaparate, en su condición de muñeco, de maniquí, muy diferente a la de los maniquíes masculinos que paseaban por la ciudad y que puse en su día. En cuanto al b/n, es que no domino el pasar a B/N.