La distribución linuxera Kubuntu, hasta ahora desarrollada directamente por Canonical y cuyo principal atractivo consiste en tener al entorno de escritorio KDE por defecto, dejará de ser considerada como «distro oficial», para pasar a ser desarrollada directamente por la comunidad, aunque a los actuales desarrolladores se les seguirá permitiendo el acceso a cuantos recursos de la compañía sean necesarios para su continuidad. Con esta medida Canonical se vuelca en el desarrollo de Ubuntu Linux y deja «abandonada a su suerte» a Kubuntu.
Muchos han interpretado este movimiento como un claro guiño a Unity, el entorno de escritorio por defecto de Ubuntu, para de esta forma estandarizar su uso y concentrar sus esfuerzos en el desarrollo de un solo sistema operativo. Esperemos que el tiempo no acabe con Kubuntu y que incluso su paso a manos de sus entusiastas, le den mas fuerza y popularidad entre las muchas opciones existentes en el mundillo linuxero.