Lo primero es aislar el problema, en concreto cuándo se produce, como por ejemplo al abrir una aplicación, para luego tratar de arreglarlo "de forma pacífica". Por norma general, siempre se recorre el camino haca atrás, es decir, recuerda qué hiciste justo antes de que el sistema empezara a ir mal, a fin de establecer una fecha en base a la cual (y tentando a la suerte) trataremos de restaurar el sistema a un punto anterior a la catástrofe.
También trata de reisntalar y/o actualizar todos los controladores que necesites.
Trata también de iniciar en modo seguro y observar cómo se comporta.
Si te es imposible restaurarlo o el problema persiste, llega la regla de la media hora: si a la media hora no lo has podido solucionar, déjate de problemas y formatea por lo sano.
Ahora, vamos a lo peor, y lo peor puede ser que sólo tengas una partición, y si formateas lo pierdes "todo, todo y todo". Para solucionarlo, hay versiones demo del Partition Magic que te permiten particionar el disco duro de forma sencilla y, hasta un límite razonable, segura.
Y poco más, si después de reinstalar o actualizar todos los controladores (DirectX, chipset, VGA, tarjeta de sonido, tarjeta de red, capturadora, etc) más o menos por este orden, te sigue dando problemas, pues ya sabes donde estamos.
Por cierto. Si en el administrador de dispositivos no te aparece ningún signo de exclamación o interrogación, no te preocupes que todo va bien.