el encantador de serpientes se retira, los escribas recogen su tapete y su paraguas del suelo, los aguadores desaparecen, en poco tiempo , la plaza , de una excitante compra venta de todo tipo de mercancias pasa a ser un gran restaurante improvisado, como por magia....es fascinante.........los platos se aclaran un poco en unos cubos y pasan a ser para otro comensal, pescado , carne , cus cus, taxin,..... fresca "salade" llena de aroma de comino, olores, aire aromático.
una vieja vende panochas que se cuecen en un recipiente con ascuas de carbón, los niños meten sus manos entre los platos para coger restos de los platos, que recuerdos Rasec........