El mensaje
Lo primero que hay que entender es que el mensaje de una imagen no tiene porque ser coherente y ni siquiera tiene porque existir, puede ser simplemente un juego de formas y colores, aunque con la composición se pueden crear mensajes subjetivos y hay formas que ayudan a definirlos.
Las líneas horizontales dan sensación de tranquilidad y sosiego, y las verticales de lo contrario, las diagonales producen vértigo o inquietud.
Los colores también crean mensajes subjetivos, los tonos rojos crean calidez y los azules frialdad con todas sus connotaciones psicológicas. Además, existen otras connotaciones mas culturales y menos subjetivas que pueden incluirse en un mensaje mas intencionado, así serían, el verde-esperanza, el rojo-ira, el amarillo-envidia, el azul-celos, etc.
Con el ángulo de toma podemos insinuar algunas situaciones, un ángulo a la misma altura del objeto dará la sensación de igualdad y objetividad (resulta muy efectivo por ejemplo agacharse para fotografiar niños), un ángulo de contrapicado (de abajo hacia arriba) le hace parecer poderoso al sujeto retratado o de grandiosidad para un objeto, y un picado (de arriba hacia abajo) connota lo contrario.
Con la iluminación podemos sugerir muchas cosas también, por ejemplo, iluminado un rostro de abajo hacia arriba tendríamos la personificación del mal, y la tristeza con la iluminación contraria, sin hablar de las posibilidades que ofrece dejar algunas partes de la imagen u objetos en sombra.