Ay, ay, ay, qué cosa tan bonita.
Muchísimas gracias kannabizzz. Los gatos, efectivamente, me encantan, y más por su independencia. No son como los "joíos" perros que siempre tienen que lamerte los pies. ¡La cantidad de veces que he tenido que subir a saca de prisa y corriendo a lavarme los pies tras recibir el lametazo del perro de algún vecino en el ascensor!
Y otra cosa a favor de los gatos: no ladran, jajajajajaja.
PD: que nadie se moleste por lo de joíos. Es sencillamente que no me gusta que me toquen los pies, y menos un perro...