Salio disparada como una bala hacia Michael, el rostro de este cambio en un momento, pero en el ultimo instante giro el coche y freno en seco a su lado a la vez que decia con su mejor sonrisa, ¿subes?
Mientras Michael subia hizo un comentario sobre su extraño sentido del humor a lo que ella respondio con una enigmatica sonrisa.
Salieron del parking a toda velocidad mientras las ruedas chirriaban, pronto Desire se dirigio a las afueras de la ciudad, por una carretera que discurria paralela a las vias del tren, le encantaba encararse con ellos y jugar. Se puso a la altura de uno que habia salido hace poco de la estacion y todavia estaba acelerando, no le gustaba tomar ventaja, asi que fue acompañandolo en su lento acelerar hasta que cogio velocidad, a lo lejos comenzo a hacerse visible las señales de un paso a nivel que advertian de la cercania del convoy. Aquel era el momento, piso el pedal a fondo, y salieron lanzados contra aquellas luces lejanas, que cada vez se iban haciendo mas visibles, a Michael esto le hacia cada vez menos gracia, se apreto contra el asiento, y miro la cara de felicidad de Desire, pero no le salieron las palabras, "frena", "para", "esto no me hace maldita gracia", solo se quedo callado contemplando.

ya solo quedaba hacer un pequeño giro para sortear las barreras y ganar la carrera, pero de pronto, los faros del coche iluminaron algo, una piedra en mitad de la carretera, el coche viro bruscamente para tratar de sortearla, pero ya era tarde, perdio la adherencia y mientras derrapaba fue a quedarse bloqueado en medio de las vias, mientras salian de su aturdimiento por el golpe, pudieron ver claramente como las luces del tren se les venian encima, Desire observo que Michael tenia una herida en la cabeza, y balbuceaba en voz baja, se quito el cinturon lo mas rapido que pudo, abrio la puerta y salio del coche, ese no era momento para pensar, una vez fuera se metio medio cuerpo dentro para poder desabrochar el cinturon de Michael, pero ya era tarde, el tren embistio el coche, y mientras Desire era golpeada por la puerta y salia despedida a la carretera el coche era engullido por la locomotora, hierros y huesos crujian, metal y piel se desgarraban a la vez que se empezaba a oir como los frenos empezaban a funcionar, demasiado tarde, ya era demasiado tarde.
Continua la historia o terminala.