¿Cómo no exprimirla, si es la única de la family que aun se deja?
A ver dentro de siete meses, cuando mi sobrino el mayor y su novia me proporcionen carne fresca para el objetivo, si consigo renovar la plantilla de bebitos afotables.
Realmente, toda esa serie de afotos, aunque la jodía se prestaba, no fue una sesión fotográfica propiamente dicha, sino recuerdos de una barbacoa familiar en el jardín de su casa; una especie de "aquí te pillo aquí te mato", entre una vuelta a la carne de la parrilla y un machacamiento de ajos para el all i oli. La próxima vez iré preparada para el evento, no dejaré nada al azar y le diré al sargento que estoy rebajada de cocina.