el lugar era precioso, el agua gritaba al caerse y se teñía de colores en su descenso, el sol estaba ahí, ocupándolo todo, pero no me asuste, fui valiente y le plante cara...

Encontramos escenario , todo bien organizado, detectadas las luces, ajustada la cámara, pies en el agua, trípode inseguro, todo a punto .

Y apareció la modelo equilibrista, se centró en el chorro blanco casi flotando en el aire y sin hacer ningún caso a mis gritos de turista recomendando esta posición o aquella ............pusimos al sol en su sitio y le rogamos que llenara el escenario de fiesta y misterio.

