Me despierto… miro por la ventana, niebla.
Me visto… cámara, trípode, bocata y me voy al monte.
La niebla empieza a desvanecerse a medida que gano altitud… me detengo para hacer unas tomas, mi pueblo esta oculto bajo la niebla…

Llego a mi destino. El hayedo.
En pocos minutos la niebla, que por lo visto me ha seguido, empieza cubrirlo todo con su manto etéreo.
Camino entre las hayas en solitario, hoy mi colega Jaleo no ha podido venir. Me acuerdo de él, le chifla la niebla… y encima no llueve…

