No hace tanto tiempo, no, inventábamos historias increíbles, recuerdo una ....... era sobre un barco que iba a abordar a otro, el primero tenía una infantería alineada, organizada y precisa, cañones bien colocados y certeros, pero lo mejor era el capitán. No paraba de lanzar órdenes a unos y otros para el abordaje, mientras, la tripulación hacía lo que quería, sin escuchar a su agitado capitán. La tripulación del otro barco se quedó atónita viendo lo certero de las órdenes y lo acertado de las acciones, aunque ya digo que allí no se obedecían órdenes, tan confusa estaba la tripulación y tan estupefacta que, todos de acuerdo decidieron no oponerse al abordaje y pasar a formar parte de tan formidable, fabuloso y fantástico grupo, no opusieron resistencia y se dejaron conquistar.
Anoche la soledad me susurró otra historia muy diferente, llena de sentimiento:
SIN CAPITÁN, SIN DUEÑOBarquito que vas por el mar
¿navegas sin rumbo, sin remos?
te meces, te dejas llevar
por lentas olas, triste viento.
Olas no se quieren mojar,
Viento no decide puerto,
ya sólo te queda flotar,
vagar por el Universo.
